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LA NUEVA ESTRUCTURA DEL MINISTERIO DE ASUNTOS EXTERIORES, UNIÓN EUROPEA Y COOPERACIÓN

europapress.es

Aunque pudiera parecer que esta entrada en nuestro blog va dirigida a los muy cafeteros, es decir, solo a los interesados en las estructuras del poder en nuestro país, en realidad vamos a intentar mostrar como la nueva organización del Ministerio encargado de las relaciones internacionales, exhibe sin pudor e incluso parece que se regodea, en su falta de credibilidad y estabilidad. Es mas, examinaremos el valor e importancia real que el actual gobierno da a la política internacional de España.

Para ello, vamos a centrarnos en el Real Decreto 585/2021 de 16 de julio por el que se han reestructurado los departamentos en el Ministerio tras la llegada de José Manuel Albares.

Nominaciones y definiciones

Una forma interesante de introducirse en la política exterior de un país, es observar como se configuran sus instituciones y como se constituyen las mismas en la acción exterior.

Pues bien, el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación se estructura en los siguientes órganos superiores:

a) La Secretaría de Estado de Asuntos Exteriores y Globales.

b) La Secretaría de Estado para la Unión Europea.

c) La Secretaría de Estado para Iberoamérica y el Caribe y el Español en el Mundo.

d) La Secretaría de Estado de Cooperación Internacional.

¿Observan algo extraño? ¿No les chirría la propia nominación?

Empecemos por el nombre del Ministerio: Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación.

Se entiende lo de Asuntos Exteriores, pues ese es el cometido. En cambio, Unión Europea y Cooperación son añadidos para señalar políticamente el principal objetivo en el que se va incidir. No es algo nuevo, pues a lo largo de los años se ha mantenido de una forma u otra. Y es que la entrada en la CEE-UE era un objetivo de primer orden tras la llegada de la democracia. Una vez ya formamos parte, los temas relativos a Europa se han convertido más en una actividad de carácter doméstico que internacional, y sin embargo se ha mantenido el nombre, más por cuestiones políticas que por necesidad real. ¿Y el término Cooperación? También ha ido apareciendo y desapareciendo en las últimas décadas, sobre todo cuando ha gobernado la izquierda. Es evidente que es un guiño a su parroquia de votantes, igual que hace la derecha cuando llega al poder, lo que demuestra la falta de acuerdo sobre una política de estado referida a las relaciones internacionales entre los grandes partidos. Porque cooperar se coopera por todos los gobiernos (a veces más, a veces menos) pero reseñarlo en el título del Ministerio, es una declaración de intenciones política.

Pasemos ahora a las Secretarías.

  1. Secretaría de Estado de Asuntos Exteriores y Globales. ¿Exteriores y Globales? ¿En serio? ¡Pero vamos a ver! ¿Es qué los Asuntos Exteriores no son Globales? Aunque nos reímos, y con razón, la verdad es que hay una explicación desde el Ministerio, que a nosotros no nos convence. Lo de Globales proviene de España Global, lo que a su vez nos remite a Marca España, idea afortunada que se ha mantenido desde la época del ministro José Manuel García Margallo. Por tanto, lo que el actual Ministerio pretende es conservarlo con rango de Secretaría de Estado, y como no han querido o podido cambiar de nuevo la denominación, pues… Exteriores y Globales.
  2. Secretaría de Estado para la Unión Europea. Aquí, sí. Aquí sí puede tener relevancia una Secretaría dedicada a la UE, y no en el título del Ministerio.
  3. Secretaría de Estado para Iberoamérica y el Caribe y el Español en el Mundo. ¿De verdad? ¡Realmente es esquizofrénico! ¿Iberoamérica no incluye a los países del Caribe? ¿Desde cuándo Cuba o la República Dominicana, por poner dos ejemplos, no son países iberoamericanos? ¡Y qué decir del Español en el Mundo! ¿En serio para dar más relevancia al Instituto Cervantes se ha de incluir la coletilla de Español en el Mundo?
  4. Secretaría de Estado de Cooperación Internacional. Como con la que hace referencia a la UE, aquí sí podemos entender una Secretaría de Estado, pero no en el frontispicio del edificio del Ministerio.

Cualquier persona informada sobre la política exterior española sabe que los ejes principales que guían nuestra acción exterior son: La Unión Europea, el Mediterráneo, el Magreb-África, Iberoamérica y la conexión atlántica.

Teniendo claros estos cinco ejes, ¿por qué no se denominan las Secretarías de Estado en función de los mismos? De los cinco, solo dos son considerados Secretarías de Estado. Una vez más, esta forma de actuar nos señala el camino para conocer cuáles son las prioridades del Ministerio y el gobierno.

heraldo.es

Importancia de las RR.II., el Ministerio y el ministro

A diferencia de lo que pasa en otros países, en España la política exterior no ha ocupado las prioridades de los sucesivos gobiernos (podríamos excluir de esta apreciación, por razones diversas, a los gobiernos de Felipe González y José María Aznar). Si dejamos a un lado los gobiernos de Suárez y Calvo Sotelo, desde Rodríguez Zapatero, las relaciones internacionales han pasado claramente a un segundo plano.

¿Cómo podemos saberlo? Sin entrar en las políticas prácticas llevadas a cabo, mirando los presupuestos. Cuando uno compara nuestros presupuestos con los de los países de nuestro entorno… queda meridianamente claro. No es una prioridad, es mas, parece que el único objetivo que le dan al ministro de turno es que el Ministerio no cree problemas. Y obviamente, la mejor forma de hacerlo es no saliéndose del guión establecido.

Consecuencia

Ante todo lo dicho, los resultados saltan a la vista. La nominación define la forma y estructura del Ministerio, y quien lo dirige, así como la geopolítica del país.

La falta de estabilidad temporal en nuestra política exterior y, por tanto, lo previsible en la acción, restan una gran credibilidad.

Por otro lado, al no dotarse de un presupuesto adecuado para una nación con la Historia y las capacidades reales de España, se pierde una gran oportunidad para colocar a nuestra sociedad y economía en el lugar que le corresponde en el mundo. El potencial de España es inmenso, solo hace falta que quienes nos dirigen, se lo tomen en serio.

Y sin embargo, y pese a todo, algunas cosas se hacen bien…

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EL ESPIONAJE DE PEGASUS Y LAS REPERCUSIONES GEOPOLÍTICAS EN MARRUECOS

AI-Amnistía Internacional

El impacto de las noticias aparecidas recientemente sobre el sistema de espionaje telefónico de la empresa israelí NSO Group, ha tenido influencia mundial. (Proyecto Pegasus es el nombre dado por el grupo de periódicos que conforman Forbidden Stories, no el nombre del software, que desconocemos. Pese a todo, seguiremos refiriéndonos al mismo como Pegasus).

NSO Group logró vender sus productos a multitud de países (México, Arabia Saudí, Emiratos, India…) la mayoría de los cuales, lo utilizaron principalmente para monitorizar a periodistas, opositores políticos… de sus propias naciones.

Dejando a un lado el hecho de que estamos seguros (según parece, tenían la obligación legal de hacerlo) de que los servicios de inteligencia (SI) israelíes estarían informados por la empresa de quiénes eran los vigilados (y seguramente tendrían acceso al contenido de los teléfonos) nos vamos a centrar en un país, Marruecos, por las graves repercusiones geopolíticas que ha alcanzado el despliegue del sistema en manos alauitas.

¿Para qué lo adquieren los servicios de inteligencia marroquíes?

Aunque las fechas bailan, parece ser que los SI marroquíes adquirieron Pegasus entre el año 2017 y 2018.

El objetivo sería controlar a la disidencia interna y monitorizar todo aquello que tuviera algo que ver con el Sahara Occidental. Y es que, como tenemos dicho, el Sahara Occidental es el pivote esencial alrededor del cual gira la política internacional del régimen alauí.

Pegasus a nivel interno

En el ámbito puramente doméstico, la DGSN (Dirección General de Seguridad Nacional) y la DST (Dirección de Vigilancia del Territorio) ambas en manos de Abdellatif Hamouchi, habrían señalado a sus agentes la misión de controlar cualquier tipo de disidencia dentro de las fronteras del reino.

Esta disidencia iría desde el crimen organizado y el terrorismo hasta el control de las fuerzas políticas, activistas, periodistas díscolos, ONG, los rifeños… y el rey de Marruecos. ¿Por qué fue espiado el soberano alauí? Según las fuentes más benignas, los SI marroquíes lo habrían hecho «para protegerle de algunas amistades peligrosas», más concretamente, de los hermanos Azaitar y la influencia que estos tienen sobre el monarca. Al parecer, los SI marroquíes creen que suponen un alto riesgo, y tanto es así, que las cabeceras de algunos de los medios de información sobre los que tienen ascendencia, llevan varios meses «poniéndolos en evidencia».

elmundo.es

Quisiéramos destacar el hecho de que, por supuesto, algunos de los diplomáticos acreditados en Rabat están entre los afectados.

El uso externo de Pegasus

Yassin Mansouri, responsable de la DGED (Dirección General de Estudios y Documentación), el SI exterior, encargó al personal bajo su mando utilizar Pegasus para supervisar a la colonia marroquí fuera del país con la intención de evitar la disidencia política contra el régimen o que se cometieran actos de terrorismo.

Al mismo tiempo, se ha usado Pegasus en todo lo relacionado con el Sahara Occidental.

En primer lugar, infectando los teléfonos móviles de los líderes del Frente Polisario. (Aquí queremos reconocer nuestro error al indicar en una entrada anterior en nuestro blog, que los marroquíes se habían enterado de la presencia de Brahim Ghali en España, gracias a la DGSE francesa. Es evidente que fue gracias a Pegasus).

A continuación, entrando en unos 6.000 teléfonos argelinos, el principal apoyo político y logístico del Polisario. Entre las victimas estaban los altos cargos políticos y militares del país vecino, lo que permitía a los SI marroquíes estar al tanto de buena parte de lo que sucedía en Argelia, adelantarse a los acontecimientos y preparar cualquier estrategia al respecto.

Del mismo modo, empezaron a añadir a periodistas, diplomáticos, activistas, entidades… que dieran algún respaldo o ayuda a los saharauis en el exterior. En este sentido, es de destacar la actividad marroquí en Francia, donde se ha llegado a espiar hasta el teléfono del presidente Emmanuel Macron.

AP

Consecuencias

Es incuestionable que la revelación del Proyecto Pegasus ha puesto en evidencia las altas capacidades de los SI marroquíes. Durante algunos años, han obtenido información privilegiada sobre enemigos y adversarios, internos y externos. Pegasus, entre otras cosas, les habrá permitido evitar peligros y en muchos casos, ir por delante en sus operaciones.

Sin embargo, también es incontestable que el descubrimiento de Pegasus ha significado el fin de buena parte del mismo. Es decir, apostamos a que desde que saltó la noticia, se habrán vendido multitud de nuevos teléfonos para reemplazar a los 50.000 infectados, o se habrán introducido mecanismos para verificar o eliminar la posibilidad de haberlo sido. Sin duda, un buen varapalo para los SI marroquíes. Por cierto, entre todas las victimas de las que se tiene conocimiento, solo una era de nacionalidad española, el periodista Ignacio Cembrero. ¿Solo una?… Ummm…, difícil de creer.

COMENTAMOS… EL ÚLTIMO INFORME DEL CCN-CERT 2021 SOBRE EL HACKTIVISMO Y CIBERYIHADISMO

https://www.ccn-cert.cni.es/informes/informes-ccn-cert-publicos/6597-ccn-cert-ia-03-22-informe-anual-2021-hacktivismo-y-ciberyihadismo-paginas-enfrentadas-1/file.html

El hacktivismo se entiende como «la utilización no-violenta de herramientas digitales persiguiendo fines políticos; estas herramientas incluyen desfiguraciones de webs, redirecciones, ataques de denegación de servicio, robo de información, parodias de sitios web, sustituciones virtuales, sabotajes virtuales y desarrollo de software».

El Centro Criptológico Nacional trata el asunto tanto a nivel nacional como internacional, trazando un análisis por las diferentes regiones del planeta, así como la tipología del atacante: ideológico, vandálico, terrorista…

Según se manifiesta en el informe, en general, el volumen de actividad es menor, pero más peligroso.

Panorama General

En 2021 se ha consolidado la tendencia, documentada en años previos, de una derivación del hacktivismo ideológico de aspiraciones colectivas hacia un hacktivismo vandálico individualista que, haciendo una explotación oportunista de vulnerabilidades de código informático, desfigura sitios web por todo el mundo para inyectar sobre ellos contenidos autorreferenciados al atacante.

En esos pequeños agrupamientos de ciberatacantes, a la manera de “bandas cibernéticas”, Brasil, Turquía, o Indonesia continúan siendo los países respecto de los cuales estas bandas muestran rasgos identificativos de probable origen. El colectivo hacktivista ‘Anonymous’, antaño aglutinante de la militancia hacktivista en numerosos países, está tan ausente en España como inexistente es en términos operativos en la mayoría del mundo, quedando reducido a expresiones narrativas o iconográficas testimoniales en redes sociales, que en ocasiones profieren amenazas que no se materializan o falsifican acciones que no han llevado a cabo.

Una manera fácil de verificar que el CCN acierta en su diagnóstico es la casi nula respuesta, por parte de Anonymous, a la aprobación de la extradición de Julian Assange desde el Reino Unido a los Estados Unidos de América.

Por último, continúa constatándose la inexistencia de una fenomenología netamente ciberyihadista. Lo que muchas veces se cataloga de ciberyihadismo, erróneamente en función de la evidencia empírica, es en realidad un hacktivismo de falsa bandera que utiliza simbología proislamista como una impostura tanto para provocar o alcanzar notoriedad, como para disfrazar la participación de ciertas identidades atacantes en acciones por desfiguración sobre sitios web para convertirlos en parte de infraestructuras de diseminación de contenidos no deseados o de código dañino.

Y es que no debemos olvidar que el CCN, como otras instituciones de la seguridad del Estado, siguen de forma continuada los pasos del terrorismo en la red.

España

Las características del hacktivismo autóctono en nuestro país durante 2021 no han mostrado diferencias respecto al año anterior y, en general, la última media década. En resumidas cuentas, en España no opera un tejido hacktivista propiamente originado en el país, más allá de una mínima actividad de propaganda en redes sociales por parte de identidades que utilizan iconografía hacktivista.

La única excepción en este escenario de carencia de hacktivismo de raíz española es la identidad conocida como ‘La 9ª Compañía’ o ‘La9deAnon’ que, no obstante, viene desarrollando una actividad de ciberataques que ha ido declinando hacia lo ocasional desde 2018 y que, este mismo año, ha decidido autodisolverse. Por otra parte, la actividad del separatismo catalán ha corrido la misma suerte, diluyéndose con el paso del tiempo.

En cambio, en España hemos recibido ataques de hacktivistas marroquíes con posterioridad a la invasión de Ceuta.

Hispanoamérica

El hacktivismo en Iberoamérica mantenía en 2021 el perfil descrito para los años previos, destacando la tendencia de desfigurar webs, provistas de software desactualizado, de gobiernos locales y regionales en la mayoría de los países, pero principalmente en Brasil, Perú y México, secundariamente en Colombia, Argentina y Ecuador. Nos parece curioso que no aparezca Chile y el terrorismo mapuche.

Oriente Medio y Norte de África

Los ciberataques que podrían encuadrarse dentro del hacktivismo, se han desarrollado sobre el doble eje de hacktivismo vandálico de oportunidad, por un lado, y tácticas preparatorias de la secuencia de ciberamenazas para la propagación de código dañino, por otro. En este sentido, cabe destacar los ataques recíprocos realizados entre Argelia y Marruecos e Israel y Palestina.

Otras zonas geográficas

En general, el perfilado del hacktivismo internacional ha seguido durante 2021 las mismas pautas que el año anterior:

1. Atomización de identidades atacantes, con desaparición efectiva de agrupamientos tipo ‘Anonymous’ para dar paso a una sucesión de pequeñas configuraciones con denominación de identidades colectivas, que llevan a cabo generalmente ataques por desfiguración de tipo oportunista y vandálico, sin motivación ideológica.

2. Fracaso en el intento de movilizar colectivamente a identidades hacktivistas en campañas de ciberataque bajo una narrativa concreta de protesta contra algún país, quedándose las propuestas en escenarios testimoniales:

– La materialización de desfiguraciones sobre webs ministeriales y de instituciones de gobierno en países de África, en la mayoría de los casos actuando los atacantes sobre servidores web provistos de software vulnerable, con tácticas preparatorias de ciberamenazas para la propagación de código software dañino.

– Recurrencia de desfiguraciones sobre gobiernos locales y regionales en Estados Unidos de América, generalmente actuando los atacantes sobre webs que emplean software vulnerable, mayormente distintas herramientas de software Microsoft no actualizado.

– Oleadas de desfiguraciones sobre gobiernos asiáticos como Indonesia o Bangladesh, generalmente por parte de atacantes locales explotando debilidades del software desactualizado en las webs.

Tendencias para los próximos años

• Continuando con una tendencia instalada desde hace más de media década, derivación del activismo ideológico hacia ciberataques vandálicos de baja/ moderada peligrosidad explotando fallos comunes de código informático en sitios web. Esta tendencia está alimentada por un paulatino desmembramiento interanual de configuraciones hacktivistas colectivas respondiendo a motivadores hacktivistas ideológicos, dando paso a un conjunto muy atomizado de identidades individuales desideologizadas con baja motivación para adherirse a los llamamientos militantes antaño propios del activismo y, actualmente, reducidos a escenarios puntuales y, en la práctica, meramente retóricos.

• La actividad de identidades individuales de peligrosidad moderada o alta, movidas por razones ideológicas antisistema, y dotadas de suficientes capacidades técnicas como para llevar a cabo ciberataques por penetración sobre servidores web de significación nacional o internacional, con el propósito de inscribir esos ciberataques en un hacktivismo militante y de protesta, continuará siendo muy esporádica y limitada a menos de media docena de atacantes en el mundo.

• Los ciberataques por desfiguración de sitios web continuarán teniendo en la explotación de vulnerabilidades en sitios web provistos de software desactualizado su principal vector de ciberataque.

• En paralelo a un declive de ‘Anonymous’ y del activismo como fenómenos idealistas, ideológicamente motivados, podría darse un aumento paulatino en la instrumentación del hacktivismo y de ‘Anonymous’ como banderas de conveniencia en conflictos híbridos o en ciberataques donde confluyen varios intereses de parte por actores que pretenden una ganancia, ya sea geopolítica, militar, económica o de otra naturaleza. Este hacktivismo de conveniencia u oportunista, que posee mayor peligrosidad que el hacktivismo idealista clásico, podría dar más visibilidad a una suerte de colectivo ‘Anonymous’ mutado hacia una herramienta de guerra híbrida, una de cuyas características sería seguir presentándose ante la opinión pública como hacktivismo ideológico.

• El denominado “ciberyihadismo” tiene probabilidad de continuar siendo un fenómeno empíricamente inexistente, instrumentado en sus símbolos y narrativas proislamistas por identidades con intenciones de falsa bandera.

Conclusión

En primer lugar, es de agradecer que nuestro CCN realice estos estudios estratégicos sobre las tendencias de los diferentes tipos de actividad en el ciberespacio. Demuestra profesionalidad y capacidad de análisis.

Por otra parte, el hacktivismo ideológico que se refleje en el próximo informe de 2022 tendrá un enfoque muy diferente. La guerra en Ucrania ha reactivado de manera exponencial su actividad en «el mundo real» y en la red. Y es que el cambio geopolítico que estamos viendo desarrollarse ante nuestros ojos es histórico y rapidísimo. Muchas de las teorías expuestas hasta ahora… ya han quedado desfasadas.

ESPAÑA, RAZÓN DE ESTADO Y EQUILIBRIO DEL PODER: Argelia, Marruecos y el Sáhara Occidental

Introducción:

El sorprendente cambio de política llevada a cabo por Pedro Sánchez con respecto al Sáhara Occidental, ha supuesto un giro histórico en la posición geopolítica española sobre buena parte del Magreb.

Las razones son todavía desconocidas, pero algunas de las consecuencias ya están a la vista de todos.

Vamos a exponer nuestro punto de vista sobre cuáles eran las posturas doctrinales defendidas hasta el momento, desde cuándo y porqué, es decir, cuál era la Razón de Estado y el Equilibrio del Poder que han sostenido los diversos gobiernos para una zona tan importante para los intereses españoles como es la que tiene que ver con Argelia, el Sáhara Occidental y Marruecos.

Acotando términos:

Philippe de Champaigne. El Cardenal Richelieu

En el siglo XVII el cardenal Richelieu tenía como objetivo hacer de Francia la primera nación de Europa, en detrimento de los Habsburgos españoles y austriacos. Con este fin, desarrolló los principios de Maquiavelo en una nueva doctrina, a la que con el tiempo, conocimos por los nombres de Razón de Estado y el Equilibrio del Poder. ¿En qué consisten?

La Razón de Estado hace referencia a las medidas excepcionales que ejerce un gobernante con objeto de conservar o incrementar la salud y la fuerza de un Estado, bajo el supuesto de que la supervivencia de dicho Estado es un valor superior a otros derechos individuales o colectivos. En palabras de Henry Kissinger: «El Estado constituye el valor supremo, siendo la función del gobernante, engrandecerlo y fomentar su propia gloria».

El Equilibrio del Poder en las relaciones internacionales es una situación política internacional en la que los Estados intentan mantener el denominado statu quo o al menos una situación aproximada al equilibrio en sus relaciones con otros Estados, o de él sobre otros, a efectos de prevenir el ejercicio en exclusiva del poder por alguno de ellos.

Desde el siglo XVII se le ha dominado Realpolitik, Interés Nacional…, pero en el fondo, ha seguido practicando los mismos principios.

Un poco de historia:

Los años 50, 60 y 70 supusieron el choque de la dictadura de Franco con la realidad de la nueva situación surgida en el Magreb.

Ecured

Desde la independencia de Marruecos en 1956 hasta la muerte del general, la política exterior española se fue adaptando al ritmo que marcaba el reino alauita. En este sentido, la agresividad marroquí fue respondida de igual manera: La guerra de Sidi Ifni y el Sáhara Occidental provocada entre 1957-1958, tuvo como reacción la intervención del ejército español y la derrota de las partidas marroquíes que intentaron tomar por la fuerza estos territorios. Otro tanto ocurrió con los ataques contra los pesqueros españoles que faenaban cerca de las costas de Marruecos, cuando las Fuerzas Armadas españolas respondían al fuego con el fuego. Dicho esto, también fue Franco el que acabó cediendo Sidi Ifni y Cabo Juby a Marruecos en 1968.

Con respecto a Argelia, desde su independencia en 1962, el país norteafricano fue un foco de atracción de movimientos revolucionarios, independentistas y separatistas de todo el mundo, lo que la convirtió en un problema para la dictadura española, pues partidos de izquierdas y/o separatistas, fueron acogidos sin ningún pudor por Argel.

El tema se complicaría a partir de los primeros años 70. La ONU venía demandando al gobierno español, desde la década anterior, que se realizara un referéndum de autodeterminación en el Sáhara Occidental, mientras Marruecos y Mauritania querían repartirse el territorio y, Argelia, apoyaba las posiciones del Frente Polisario para establecer un nuevo Estado en la antigua provincia española.

Aprovechando que el dictador se estaba muriendo, Marruecos, con el respaldo político y logístico estadounidense (No querían que el Sáhara cayera en manos de un socio de los soviéticos como era Argelia) lanza la Marcha Verde.

Ante esta situación, don Juan Carlos (en esos momentos sustituyendo en la jefatura del Estado a un Franco moribundo) toma la decisión de retirar las tropas españolas del Sáhara. ¿Por qué? Pues, porque no quería empezar su reinado con una guerra en la que iban a morir españoles por un territorio del que habíamos decidido retirarnos, y del que los saharauis querían que nos fuéramos (No hay que olvidar que los atentados del Polisario provocaron, y provocarían posteriormente, muertos entre los civiles y las tropas españolas).

Razón de Estado y Equilibrio del Poder español sobre el Magreb:

Aunque en los siguientes años, el proceso de Transición de la dictadura a la democracia acaparó la atención de los gobiernos, las relaciones exteriores se fueron entrelazando con la realidad cotidiana de los españoles: Ataques del Frente Polisario contra pesqueros y buques de la Armada; El apoyo argelino a grupos separatistas canarios y vascos; Las reivindicaciones marroquíes sobre Ceuta y Melilla… por lo que los decisores políticos fueron conformando una estrategia para el norte de África cuyo fin era preservar la integridad territorial y reducir la incidencia de los tres actores sobre España.

La maniobra, como se pueden ustedes imaginar, tenía como principal doctrina los principios de la Razón de Estado y el Equilibrio del Poder.

El plan era sencillo: Mientras Marruecos se mantuviera focalizado (militarmente primero, diplomáticamente después) en el conflicto del Sáhara Occidental, no dirigiría su atención hacia Ceuta, Melilla y las islas y peñones que España tiene frente a las costas del reino alauita.

Por otra parte, Argelia y el Frente Polisario debían cesar en el apoyo político e incluso militar a los grupos terroristas españoles y, para ello, había que demostrarles (económica y políticamente) que no les era rentable hacerlo.

Con este objetivo en mente, los diferentes gobiernos españoles (de izquierda o derecha) pusieron en marcha toda una serie de acciones: Entre ellas,

  1. Formar parte de las principales estructuras internacionales (CEE-UE y OTAN, esencialmente, aunque no las únicas). Ni que decir tiene que, mantener la integridad territorial, no fue el único objetivo para pertenecer a estas organizaciones.
  2. Mantener un distanciamiento equiparable y armónico con los tres actores.
  3. Conservar, en todo momento, la capacidad y la calidad de las Fuerzas Armadas españolas por encima de las marroquíes y las argelinas.
  4. Equilibrar las fuerzas (políticas, económicas y militares) entre los tres contendientes.
Flota Española. cimdecadiz.es

En pocas palabras, los gobiernos españoles no querían que ninguno de los tres actores despuntara por encima de los otros y que, nuestra neutralidad (acompañada por la pertenencia a las organizaciones citadas y la disuasión militar), trabajara a nuestro favor haciendo que los tres protagonistas intentaran atraernos hacia sus posiciones, beneficiando a nuestros intereses, sin que en ningún momento tuviéramos la intención de decantarnos abiertamente por ninguno de ellos.

Evidentemente, los diferentes gobiernos enmascararon esta estrategia bajo convicciones amparadas en las buenas relaciones de vecindad, el derecho internacional y los auspicios propiciados por la ONU para encontrar una solución de consenso que beneficiara a todas las partes en el conflicto del Sáhara Occidental.

Y por supuesto, tanto Argelia como el Frente Polisario y Marruecos, fueron conscientes de la posición española e intentaron a lo largo de las pasadas décadas hacer fracasar esta estrategia. Sin embargo, la inalterable postura de los diferentes gobiernos se mantuvo pese a las presiones de todo tipo: El uso marroquí de la inmigración ilegal, la captura de pesqueros, la creación de un fuerte lobby en España… Por su parte, Argelia utilizó como moneda de cambio la venta del gas, la inmigración… Y el Frente Polisario, la relación especial que mantiene la sociedad española con los saharauis y su proximidad a los partidos políticos españoles.

Conclusión:

Digamos algo evidente: Las interacciones entre los Estados están basadas en una relación de Poder. La ideología o el bien y el mal, no cuentan en la ecuación. Cuentan los intereses.

España ha defendido sus intereses en el norte de África bajo la doctrina de la Razón de Estado y el Equilibrio de Poder desde el inicio de la democracia.

Pedro Sánchez ha cambiado este paradigma sin contar ni tener el apoyo de parte de su gobierno, ni del Parlamento y, sin que hasta la fecha, conozcamos por qué lo ha hecho, qué ha recibido España como compensación o qué estrategia va a sustituirla.

La posición negociadora de un país depende de las opciones que se vean que tiene. Reducirlas, favorece los cálculos del adversario.

COMENTAMOS… LA ESTRATEGIA DE SEGURIDAD NACIONAL 2021

La nueva Estrategia de Seguridad Nacional (ESN) 2021, forma parte de una serie de documentos del actual gobierno —El Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, y la estrategia España 2050— que integran una estrategia a largo plazo para el país. Lamentablemente, solo la primera, la ESN, tiene valor estratégico y geopolítico. Las otras dos, por desgracia, no son más que instrumentos propagandísticos del partido en el gobierno. Aunque también es verdad que son herramientas que pueden ayudar a poner en práctica una gran estrategia para España.

La ESN 2021 viene a reemplazar a la que estaba en vigor desde 2017. Como novedad, se hace hincapié en los acontecimientos acaecidos desde entonces y hasta nuestros días: COVID, guerras híbridas… junto con las necesidades y soluciones que el Estado deberá poner en marcha en los próximos años en un intento de anticipar, enmarcar y responder a las amenazas y oportunidades que se han desarrollado en el pasado o puedan materializarse en el futuro.

Síntesis

Aunque nuestra intención era hacer una recopilación del informe, creemos que el mejor resumen es el que ellos mismos hacen, por lo que pasamos a exponerlo directamente, antes de valorarlo:

La Estrategia de Seguridad Nacional 2021 se estructura en cinco capítulos.

El primer capítulo, titulado “Seguridad Global y Vectores de Transformación”, analiza el contexto internacional de seguridad. La Estrategia identifica la pandemia de la COVID-19 como un factor que ha producido una aceleración de las principales dinámicas globales que afectan a la seguridad. Sin poder afirmar categóricamente que se trata de un cambio de era, sí que se percibe el momento actual como etapa de transición. La característica predominante es la incertidumbre sobre un futuro donde la transformación digital y la transición ecológica se configuran como las principales palancas de cambio en un escenario de mayor competición geopolítica.

El segundo capítulo, “Una España Segura y Resiliente”, traza un perfil de España y su seguridad. Desde su identificación como país de condición europea, mediterránea y atlántica, se realiza un recorrido geográfico, donde Europa, Magreb y Oriente Próximo, África Subsahariana, América del Norte, América Latina y el Caribe, y Asia-Pacífico se analizan desde el prisma de la Seguridad Nacional.

El tercer capítulo recoge los riesgos y las amenazas a la Seguridad Nacional, cuyas principales características son su interrelación y dinamismo. De esta forma, el seguimiento de las conexiones entre riesgos resulta tan importante como su análisis de forma independiente. La principal actualización en el mapa de riesgos es la inclusión de las campañas de desinformación. Además, la tecnología y las estrategias híbridas son elementos transversales al conjunto de riesgos y amenazas a la Seguridad Nacional.

El cuarto capítulo, titulado “Un Planeamiento Estratégico Integrado”, establece tres objetivos, que marcan las prioridades de la Seguridad Nacional para este ciclo estratégico. El primer objetivo es avanzar en materia de gestión de crisis; el segundo objetivo es favorecer la dimensión de la seguridad de las capacidades tecnológicas y los sectores estratégicos; y el tercer objetivo es desarrollar la capacidad preventiva, de detección y respuesta frente a las estrategias híbridas.

A continuación, la Estrategia traza tres ejes —proteger, promover y participar— sobre los que se estructuran las líneas de acción. Este planteamiento otorga especial relevancia al avance en la integración del Sistema de Seguridad Nacional y a la acción frente a situaciones de crisis. A los efectos de articular una política preventiva, se identifica como área clave el establecimiento de un sistema de alerta temprana, sobre una base tecnológica, que proporcione indicadores para todos los ámbitos de la Seguridad Nacional.

La Estrategia de Seguridad Nacional 2021 plantea iniciativas necesarias, como por ejemplo, la creación de una reserva estratégica basada en capacidades nacionales de producción industrial o el desarrollo de un plan integral de seguridad para Ceuta y Melilla.

En el plano internacional, España apuesta por una mayor autonomía estratégica europea, donde al impulso de la Política Común de Seguridad y Defensa y del espacio de libertad, seguridad y justicia se unen la mejora de la seguridad sanitaria, el avance en la unión energética o el mayor protagonismo de la Unión Europea en la gestión de crisis transfronterizas. Además, en materia de seguridad colectiva, la revisión estratégica de la OTAN supondrá un hito importante, que incluirá la colaboración con la Unión Europea como una de sus líneas de acción.

Finalmente, el quinto capítulo está dedicado a la gestión de crisis en el marco del Sistema de Seguridad Nacional, con un enfoque que parte de una visión del principio de resiliencia que incluye la progresión desde una situación de normalidad hasta la recuperación después de una situación de crisis. El avance en la integración del Sistema se materializa en actuaciones concretas. La primera de ellas es la elaboración de un catálogo de recursos de la Seguridad Nacional. La segunda es la preparación de planes de respuesta para determinados escenarios. La tercera es el desarrollo de un sistema de alerta temprana y análisis con indicadores que faciliten la toma de decisiones basada en datos objetivos concretos. La cuarta medida hace referencia a la integración de la información de la Seguridad Nacional a través de soluciones tecnológicas. La mejora de las comunicaciones especiales de la Presidencia del Gobierno es la quinta medida, que contribuirá a la eficiencia del Sistema de Seguridad Nacional, al permitir una mayor coordinación entre administraciones en materia de gestión de crisis. La sexta y última medida contempla la integración de las Comunidades y Ciudades Autónomas en el Sistema de Seguridad Nacional.

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Estamos convencidos de que los lectores habituales de este blog tienen la suficiente formación y siguen el día a día de nuestra política exterior. Por esa razón, nos vamos a centrar en las diferencias más relevantes que hay entre la ENS de 2021 y la de 2017.

Sin embargo, no queremos dejar pasar por alto algo. El vocabulario que se expone a lo largo del texto y el uso intensivo de los lugares comunes, dejan una sensación naíf a quien recorre las páginas de la ENS. Desde este humilde blog aconsejamos a los redactores que traten a la ciudadanía como mayores de edad. Sería de agradecer que una vez leída, nos quedáramos con la percepción de que cualquier adversario acogerá la ENS como una advertencia.

Entrando ya en el contenido, a nivel de conjunto, las ideas, directrices y propósitos son correctos (y eso teniendo en cuenta que la ENS que se puede consultar está, como no puede ser de otra forma, censurada).

Si entramos en lo concreto:

En el ámbito estrictamente nacional, vamos a focalizarnos en cuatro elementos que sobresalen de la ENS.

El primero es el referente a la desinformación y guerra hibrida. Las continuas alusiones son consecuencia de las ingerencias extranjeras en los últimos años en Cataluña en 2017 (a través de diversos servicios de inteligencia) y la crisis con Marruecos de 2021. Que desde las instituciones no solo hayan tomado nota, sino que se pongan en marcha procedimientos para detectarlas, contrarrestarlas y, esto es fundamental, realizar acciones de respuesta, lo consideramos una buena noticia. En este punto, habría que sumar el plan integral de seguridad (esta es la palabra clave) para Ceuta y Melilla.

El segundo elemento de interés es la protección de los espacios y rutas marítimas. España es un país dependiente de estas líneas marítimas, el hecho de que se realicen planes y se vayan a aumentar los recursos destinados a protegerlas, cerca y lejos de nuestro territorio, así lo indica. Desde nuestro punto de vista, también sería de interés volver a recolocar en la agenda de la ENS el eje Baleares-Estrecho-Canarias. Este espacio es nuestra primera línea de defensa.

Como tercera consideración a resaltar, se indica que España no renunciará en el escenario post Brexit a la recuperación de Gibraltar. Esto puede sonar obvio, hasta que se lee que «la actual situación es una oportunidad». Tal vez en el futuro desarrollemos esta posición en el blog, de momento nos quedamos con que el Estado puede plantear proyectos de cara al futuro de la última colonia en tierras europeas.

Finalmente, se hacen algunas consideraciones sobre la defensa y los servicios de inteligencia. En lo referido a la defensa, por primera vez vemos en un documento oficial que el presupuesto de defensa debe ser estable, algo más que necesario para realizar previsiones de futuro. Sin duda, una muy buena noticia si esto se plasma en la realidad. Se expone que el CNI y el CCN deberán hacer un esfuerzo para proteger el patrimonio científico y tecnológico, así como la ingerencia de los servicios de inteligencia hostiles, y recalca especialmente, que la Oficina Nacional de Seguridad será reforzada para salvaguardar la información clasificada.

Una coletilla que queremos remarcar es la puesta en marcha de la Agencia Española del Espacio y, por otra parte, la necesidad de una reserva estratégica de producción industrial. Realmente necesarias, y cuanto antes se materialicen, mejor.

En la esfera internacional, la ESN reclama que la UE debe tomar más protagonismo a nivel interno y externo. A nivel interno, asumiendo respuestas colectivas y de integración de capacidades. En el externo, reforzando la autonomía estratégica de la UE.

Conclusión

Coincidimos en que los fundamentos esenciales de la ESN 2021 son acertados. Recoge las necesidades que necesita nuestro país y específica cuáles son. Hasta aquí, bien, sobre todo porque queremos pensar que lo que no se cuenta en el informe, se ha hecho ya.

¿Qué no se cuenta en la ENS 2021?

Fácil. Cómo hacerlo y el presupuesto dedicado a la ejecución. El tiempo para que veamos los resultados está marcado y es de cinco años. La propuesta es ambiciosa, pero necesaria. Es una cuestión de Estado y el gobierno y los partidos políticos deberían apostar, sin discusión, por llevarla a cabo. Y aquí es donde surgen nuestras dudas… de las que esperamos, confiamos y deseamos estar equivocados.

LA DECADENCIA BRITÁNICA

sobreinglaterra.com

Mucho se ha hablado de la decadencia británica en el mundo desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. Incluso en los últimos tiempos se ha comentado, con acierto, que el Brexit es un peldaño más en la escalera que les lleva en ese descenso. Lo que aquí vamos a defender es que esa decadencia no es consecuencia de la pérdida de voluntad por incidir en los designios internacionales. La razón que lo explicaría es mucho más sencilla: Es la consecuencia de la falta de medios para poder mantener esa voluntad. Algo que se ha repetido a lo largo de la historia, y por la que España, también transitó en el pasado.

Un poco de historia

A partir de 1945 se produce la desaparición del Imperio. La inmensa mayoría de sus colonias obtienen la independencia. Aún mantienen algunos restos (Gibraltar, Malvinas…) y una cierta ascendencia a través de la Commonwealth, pero no son ni la sombra de lo que fueron.

Por otro lado, el nacimiento de la CEE en los años cincuenta hace resurgir el poder político y económico del viejo continente. Aunque en un principio Gran Bretaña rechaza entrar, no tardarán en darse cuenta de que tal hecho les conllevaría un mayor aislamiento internacional, por lo que solicitarán su posterior adhesión en un intento de «controlar desde dentro» el avance de la CEE-UE.

Sin embargo, es la guerra fría lo que realmente suscita la preocupación mundial. Y es ahí donde los británicos aprovechan la oportunidad para mantener su estatus, sobre todo, incentivando y cultivando la estrecha relación que mantienen desde la guerra con los Estados Unidos.

Felipe Bozzo

Cuando uno se adentra, entre otros, en la lectura de Cazador de Espías (Peter Wrigth, 1987), GCHQ; The Uncensored Store of Britain’s Most Secret Intelligence Agency (Richard Aldrich, 2010) o Al Servicio de Su Majestad (Gordon Thomas, 2009) observa como de forma reiterada se expone que el MI5, GCHQ y el MI6 (servicios de inteligencia interior, de señales y exterior, respectivamente) sufren una falta continua de medios técnicos y económicos, solo paliada por la continua asistencia norteamericana.

Las nuevas circunstancias

A pesar de todo, el devenir de las circunstancias nacionales e internacionales ha incidido de nuevo en el progresivo deterioro de la capacidad británica para conservar esa condición privilegiada en el ámbito geopolítico.

A nivel interno, señalaremos como elementos esenciales el elevado coste dedicado a la defensa y el Brexit.

Defensa

Los británicos dispusieron en 2020 de un presupuesto de defensa de 61.500 millones de dólares, el cuarto en el ranking mundial, el segundo de la OTAN y el mayor de Europa en la materia.

Aunque hábilmente están reestructurando sus unidades aéreas y marítimas hacia las fuerzas expedicionarias, pensando en ayudar a los EE.UU. en su rivalidad con China, esto no se está haciendo sin mostrar grandes dificultades. Varios programas han tenido que retrasarse, suspenderse o posponerse en los ámbitos marítimo y aéreo, al mismo tiempo que se han reordenado y reducido medios y tropas terrestres para acomodar la situación a su economía real.

Reuters – Kieran Doherty

Tampoco hay que olvidar el elevado coste que supone sustentar la fuerza de submarinos nucleares. Pero bueno, como dice don Quijote: «No andes, Sancho, desceñido y flojo, que el vestido descompuesto da indicios de ánimo desmalazado».

Brexit

Sin duda el Brexit es consecuencia de una decisión política partidista, es decir, una resolución del partido conservador con el objetivo de obtener votos. Por supuesto, había un clima social y político previo que lo respaldaba, pero ni las instituciones ni la alta jerarquía funcionarial estaban por la labor, pues eran conocedores de lo que esto supondría a medio y largo plazo para el país.

La salida de la UE ha significado, de hecho todavía no ha acabado, un enorme dolor de cabeza para las instituciones de la isla. En el ámbito político, han vuelto a aflorar los temores porque resurja la violencia en Irlanda del Norte. Asimismo, Escocia, que no está de acuerdo con la salida de la Unión, ha demandado un nuevo referéndum de independencia. A nivel social, los británicos se han dividido entre defensores y detractores de la permanencia.

Por otra parte, la nueva situación también ha significado una gran reestructuración de la geopolítica británica. Se han puesto en marcha negociaciones bilaterales con los países e instituciones internacionales para adecuarse al nuevo marco post Brexit.

A estos perjuicios políticos, sociales y económicos, hemos de sumarle lo que supondrán los costes del covid19, evidentemente como al resto del mundo, a las arcas británicas.

Si hasta aquí hemos visto los sufrimientos que han tenido que realizar los diferentes gobiernos que han pasado por el 10 de downing street desde el final de la IIGM, el futuro tampoco se les promete muy felices.

Futuro

La nueva geopolítica mundial que enfrenta a los EE.UU. con China supondrá una alineación con los dos grandes actores y una focalización de los asuntos internacionales en Asia.

¿Qué significa esto en la práctica para los británicos?

Como ya hemos comentado anteriormente en nuestro blog, los Estados Unidos están centrando todos sus recursos contra China, demandando a sus aliados que se impliquen más en el conjunto de los problemas regionales que les afectan (Los países europeos y de la OTAN, y su relación con Rusia, por ejemplo) o implicándose directamente en resolverlos (Israel buscando alianzas en Oriente Medio, por ejemplo).

Para Gran Bretaña esto va a significar un aumento del esfuerzo que hasta ahora llevaba a cabo para preservar su presencia internacional (El AUKUS es un claro ejemplo), y lo va a hacer contando con menos recursos, pues los norteamericanos, que como se ve no están sobrados, los van a concentrar en el Pacífico.

Por un lado, tendrán que diversificarse en Europa, frente a la UE y Rusia, y por otro lado, destinar recursos para ayudar en Asia. No dudamos que lo van a intentar, pero no creemos que lo vayan a conseguir.

DPA – Simon Dawson

Conclusión

Desde nuestro punto de vista, en los próximos años seguiremos viendo un suave declinar hacia la decadencia británica.

El elevado volumen del gasto en defensa, sobredimensionado con respecto a las necesidades que realmente necesita para protegerse, ha repercutido en otros ámbitos de la sociedad británica. De sobra son conocidos en el área de la sanidad y, como se puso de manifiesto en fechas recientes, también en lo concerniente a los servicios y los transportes.

Evidentemente, estas carencias son bien conocidas por los gobiernos de Londres. Saben el dinero del que disponen y lo destinan allí donde lo consideran oportuno: A mantener su estatus internacional.

Lo mismo podemos decir del Brexit. Sus consecuencias, igual que las del covid19, serán a medio y largo plazo.

Asimismo, el aumento de la presencia activa en Asia significará un incremento del gasto que irá desgastando inexorablemente sus capacidades.

Al final, la realidad se impondrá. Gran Bretaña tendrá que asumir que con su economía es incapaz de mantener el ritmo de su presencia mundial, y en consecuencia, tendrá que adaptarse a su envergadura internacional.

No porque no quieran, sino porque no pueden.

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